Hola a tod@s.
Hace un par de semanas
hablábamos sobre cuentos policiacos en una de las reuniones de Mesa de
Escritores. Resultó una clase interesante a la par que divertida. Soy una
asidua lectora de novelas que llevan la etiqueta de misterio o suspense. Sí, no
son puramente policiacas. Tienen notables diferencias. Yo agradezco que me
presenten el entorno del protagonista y de su vida. Tal vez este gusto mío se
deba a mi predilección por las novelas de suspense norteamericanas. Patricia Highsmith,
Robin Cook, Patricia Cornwell y Mary Higgins Clark, esta última de mis
favoritas. Me gusta sumergirme en historias oscuras y ser testigo de los pasos
que da cualquier detective privado, policía o aficionado accidental tras las
huellas del asesino. No hay nada como leer una buena historia de las
que tengan enjundia. Sobresaliente en trama y perfectamente documentada hasta
en los detalles más escabrosos de la medicina forense. Que me sorprenda y,
sobre todo, que sea inteligente. Esto último no tiene precio. Casi todos mis compis coincidieron
en que escribir una historia policiaca era muy difícil. Más todavía si lo que
se busca es brevedad. Ni qué decir tiene que estuve de acuerdo con ellos. Aun
así, hay que darle a la tecla y experimentar. Es toda una gozada intentarlo y
aprender de los errores.
Para
entrar en situación nada mejor que el estribillo de una canción popular
estadounidense.
«Lizzie Borden cogió un hacha y dio
cuarenta hachazos a su madre; cuando vio lo que había hecho le dio cuarenta y
uno a su padre.»
Que lo disfrutéis.
Asesinato
en las Villas
Anochecía en las Villas. El inspector
Gómez se acercó a la parte trasera de la casa. De fondo, las sirenas
silenciadas de los coches patrulla teñían de un azul intermitente los setos del
jardín. Dio varias caladas profundas a un cigarrillo antes de atravesar el
umbral. Escrutó con gesto experto el agujero que lucía el cristal de la puerta
y tiró la colilla a los parterres. Dentro, el olor oscuro de la muerte le hizo
torcer el gesto. Una silueta de tiza recortaba la posición exacta del cadáver.
Medio metro más allá, la del arma: un cuchillo. Había una gran mancha de sangre
coagulada sobre el piso. Una mujer mayor, consumida y diminuta, estaba sentada
en un taburete en actitud alerta. A su lado, su hijo, un disminuido psíquico en
silla de ruedas. Gómez recogió el informe a uno de los agentes. Después de
leerlo, interrogó a la mujer.
—Bien, señora García. Aquí dice que es
usted la asistenta y que vivían con la víctima...
Ella asintió con vehemencia.
—… que no oyeron ni vieron nada durante la
noche —prosiguió.
—Sí, sí señor. Ya se lo dije a la jueza.
Verá, mi hijo no puede caminar y tiene las manos completamente inútiles. Tengo
que hacérselo todo. Cuando llega la noche le doy una de esas pastillas para
dormir. Yo caigo rendida nada más rozar la almohada. No. No escuchamos nada.
Gómez miró con hondura a la
mujer. Sus ojeras, su gesto fatigado. Después, al hombre de la silla de ruedas.
Sus ojos vacíos, la baba corriéndole por las comisuras, sus manos. Le
parecieron pequeños esquejes amorfos, ramas secas que no dejaban de temblar,
como si estuviesen aferrando el aire, matando moscas imaginarias.
Negó al aire en un gesto de
misericordia.
—Está bien, señora García. Hemos
terminado. No olvide que tendrá que personarse en comisaría mañana para firmar
la declaración.
La mujer, tras despedirse y cerrar
la puerta, se asomó a la ventana y esperó a que se alejaran los coches
patrulla. Se acercó a su hijo y, mirándole las manos con fijeza, en voz muy
baja, dijo:
—Y, ahora, quiero que os estéis
quietecitas de una puñetera vez.
©
Luisa Ferro
A mi me encantan los relatos policíacos, pero estoy de acuerdo en que son difíciles de escribir. A ti eso no te sucede. Te gustan y, además, los escribes a la perfección.
ResponderEliminarBesos
Hola, Trini.
EliminarBueno, pero los míos creo que tienen la función de perturbar. Siempre salgo por peteneras, da igual el género, jejejeje. La cosa es enredar.;)
La verdad es que un buen relato policiaco tiene mucho más armazón que el que yo muestro aquí. Este es un micro muy micro. Una pinceladilla con chispa.
Gracias, Reina.
Un beso muy fuerte.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mí también me encantan y leo los tuyos y más me encantan pero luego, sobre el papel, quiero emularte y me hacen burla a troche y moche. Cómo coja ese cuchillo se van a enterar!!!
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Hola, Mos.
EliminarEs cierto que si te gusta el tema a tratar, eso se refleja en el cuento. Yo siempre digo que hay que escribir de todo. Nada de ponernos muros. O sea, que a darle fuerte al asunto y a divertirse. Y, bueno, tú no puedes quejarte, el que has escrito te ha quedado genial. O sea, que ya puedes soltar el cuchillo, jajajaja.
Un beso, compi. Nos vemos.
Una cosa no falla en una novela policiaca y este micro no podía ser menos: el culpable siempre es el menos sospechoso, jaja.
ResponderEliminarEres muy buena escribiendo.
Un fuerte abrazo, Luisa.
Hola, Ohma.
EliminarEso sí que es verdad, jajaja. A falta de mayordomo que se precie… ;)
Gracias, maja.
Un abrazote.
Es un relato muy bueno, Luisa y muy perturbador, eso se te da de miedo, lo de perturbar al personal, y encima con talento.
ResponderEliminarAunque no es mi género literario preferido, disfruto mucho leyéndote porque escribes de maravilla.
En mi juventud, lo pase en grande con la Highsmith y Robin Cook. Ahora las únicas novelas "policiacas" que leo son las de Qiu Xiaolong, porque me resultan muy exóticas e interesantes, y me gusta el inspector Chen Cao, que además es poeta.
Volviendo a tu relato, es muy difícil este género y admiro a quien lo borda como tú.
Me alegro, Luisa, que tus proyectos marchen bien engrasados. Te lo mereces.
Un abrazo,
Hola, Tesa.
EliminarBueno, hace años que leí a estos autores. Ahora los releo de vez en cuando. He aprendido mucho de todos ellos. Digamos que comencé a inspirarme con Ágata Christie y seguí con estos autores. Me valieron de mucho en su momento. Aunque debo decir que las traducciones al castellano no les hacen justicia.
Pues tengo pendiente leer algo de Qiu Xialong, ya que me fío de tu gusto literario. A ver si le hago un huequecito en la montaña de pendientes. ;)
Gracias por tus ánimos. Ya veremos (si el destino quiere y me da esa oportunidad) si realmente se me da bien o no, jejejeje. Tengo dos novelas de misterio muy particulares esperando cola. El tiempo lo dirá. ;)
Un besazo.
Me encantan las novelas de misterio!.
ResponderEliminarTu micro cumple con lo que se espera de las mejores:
Buena trama, un poli que no se entera y un culpable inesperado.
Bien hecho!.
Un besito.
Hola, Belén.
EliminarCreo que las novelas policiacas tienen algo que engancha, jajajaja. A casi todos nos gustan.
Gracias. Me alegro que te gustara mi micro. Yo disfruto mucho escribiéndolos. ;)
Un beso.
La verdad, tus relatos "perturbadores" siempre me han fascinado. Eres una escritora de gran inventiva y dominio del lenguaje. Además, siempre escribiendo, ya tengo ganas de leer "El Círculo del Alba" que seguro promete.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por tu autorizsación a publicar algunos de tus textos en escritoresmadrid.blogspot.com